Este cuento va dirigido a niños del Primer Ciclo de Educación Primaria (Primero). Hemos tratado de ajustar el contenido del texto y su vocabulario al nivel de respuesta que nos pueden ofrecer los niños de estas edades.
Ha sido nuestra intención contextualizarlo mediante la integración de elementos cercanos y conocidos por ellos como pueden ser el framboyano, los pájaros canarios, el colegio, el conserje, las aulas, canciones infantiles, etc. Todo ello ha sido pensado también para facilitar tanto la vivencia como la comprensión. Sin olvidar el aspecto motivacional y de enganche que estos rasgos le aportan.
Al elaborarlo, nuestras premisas fundamentales han sido que, el cuento debe ser un momento de disfrute y diversión para el niño, además de que fuera capaz de identificarse con los personajes y la historia. Todo ello, sin olvidarnos del marco en el que nos encontramos, la escuela. Este hecho hace, que el cuento no sea una entidad vacía y sin mensaje. Por ello otra de las premisas, era la de la transmisión de valores por el desarrollo de la historia, que generen la reflexión en el alumnado, y desarrollen competencias de tipo social y afectiva, como puede ser la competencia social y ciudadana. Además, con este tipo de actividades fomentamos el gusto por la lectura desarrollando también la competencia lingüística. El valor en el que hemos hecho hincapié es la convivencia, apoyándonos en actitudes clave como puede ser la solidaridad, trasladándosela al niño por el acto de compartir. El compartir es una de las habilidades sociales más difíciles de enseñar al niño, requiere tiempo y práctica. Debemos incidir en ella, ya que los niños con habilidades sociales positivas tienen una mayor probabilidad de salir adelante en la escuela y también en la vida. Debemos promover entonces en la escuela actividades que trabajen el jugar bien con los demás, compartir, colaborar y cooperar. Además, creemos que están en el tramo de edad adecuado para trabajar estos valores.
Otro aspecto fundamental de este cuento musicalizado, es la incorporación de lo sonoro mediante sonidos, instrumentos, canciones y también el movimiento. Este hecho enriquece el conjunto de la historia y engrandece el bagaje musical del alumnado, gracias a la incorporación de una dimensión más como es la del mundo de lo sonoro. Trabajando aspectos de la audición musical como pueden ser la percepción, asimilación, comprensión y disfrute, desarrollamos así la capacidad auditiva del niño. Siendo conscientes de que trabajando esta, desarrollamos además otros elementos como la sensibilidad, la creatividad, la disposición al análisis, la comprensión del lenguaje musical,… redundando a su vez en la mejora de habilidades comunicativas y receptivas.
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